lunes, diciembre 19, 2005

NO TE CALLES

Por: El Rojo Feroz (bicho amigo, invitado especial de algas y bagres)

"Coma callado" es una expresión muy popular en nuestro país para decirle a alguien que guarde silencio con respecto a algún tema que no se pueda tratar públicamente. Los colombianos hemos desarrollado un gran talento en ese sentido y por eso decimos que "en Macondo no pasa nada", así pase. El problema de "comer callado" es de proporciones: Se calla mucho pero se come poco y, a decir verdad, cuánto más callamos menos comemos. Para la muestra este gobierno que ha hecho hablar a "un millón de amigos" para que miles se callen y millones no coman. Por tanto, ya que no se come, pues no callemos. Cierto es que por no callar, muchos han caído. Por lo menos desde José Antonio Galán pasando por Guadalupe Salcedo, "el negro" Gaitán, Bernardo Jaramillo, Mario y Elsa, la lista es larga y sigue creciendo a medida que escribo estas líneas. "El cordón rojo" que alguna vez fue el Río Magdalena, vuelve a merecer este apelativo, no por el color político de los trabajadores que viven en sus riberas, sino por la sangre que han tenido que derramar por no "comer callados". La idea de estas políticas de "seguridad" aspiran a que tanto ruido rojo se torne en un silencio sepulcral. El ruído rojo es polifónico, encuentra armonías en la diversidad y lo que interesa en estos casos es que sus electores canten a una sola voz en el estilo más llano y primitivo y que el resto guarde silencio, tal cómo se hizo en Italia con el fin de callar los ecos de la Revolución de Octubre Una nueva revolución popular empieza a sonar por estos lados del sur con ritmo de joropo venezolano, pero ya un ojiclarito recibió payola para que "pegue" Britney Spears y así todos cantemos "I'm a slave 4 U". En Colombia hacemos música mejor que esa y al ojiclarito le resultará cayendo "la gota fría". Pero hay que empezar a tocar y cantar, así al principio suene destemplado. ¿Y qué cantar? Todo. Después de tanto silencio no se justifican reservas ni remilgos. Diga quién es el que le pega a su negra, cuáles son los callados que hacen la guerra, cuente que tiene tan vacía la cartera que a su novia sólo le puede regalar la sal que el mar ha dejado en su piel, diga qué es lo que le duele tanto que su EPS no le quiere curar. Cántelo, además, donde se le dé la gana. Donde hay gente hay público y donde hay público hay un escenario. Ahora, piense que a otros les pueden gustar sus canciones, si es así, únase a ellos, arme un grupo y ponga a bailar a su comunidad. Desde aquí, El Rojo Feroz espera oír sus canciones y también les mandará las propias. Ahora, no todos somos músicos, y es posible que su canción parezca más a un artículo, una película, un poema, una pintura, etc. No importa; lo valioso es que esa voz será la suya y si alguno le dice que se calle, piense en la pesadilla de condenarse de por vida al ritmo de Britney... "Don't you wanna, dance upon me...Leaving behind my name".
Bogotá 06-12-05

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora si estamos de acuerdo, ahora si....