La siempre obsesivamente reflexiva Bocachica no puede dejar de preguntarse.... ¿Y qué hacemos ahora en este país de hondas vergüenzas? ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo si casi nadie quiere escuchar? ¿Si nos cuesta tanto trabajo crear e imaginar? ¿Nadamos? ¿Volamos? ¿Combatimos? ¿Qué significa luchar en un lugar donde todos dicen hacerlo y todos morimos por las luchas de otros? Sabemos lo que somos, lo que queremos y en lo que creemos.... ¿Pero qué debemos hacer con todo eso ahora que una honda vulneradora, conservadora y estúpida se apodera del país? No del congreso ni de las vayas ni de la Casa de Nariño, del país... De las calles, de las esquinas, de los conductores, de los turistas, de los guerreros, de los comunicadores, tenderos, monjas y rezanderos..... ¿Cómo lo hacemos? ¿Con qué lo hacemos si la fuerza ha sido golpeada sistemáticamente por el poder, el miedo y el confort? ¿Con qué brazos luchamos si están ocupados produciendo dinero, con qué cuerpo nos amamos si el único que tenemos vive maltrecho por las angustias y el plomo? De repente la vida cambia, el mundo (más antiguo y experto) nos estrella de frente sus escudos, garras y comodidades...... ¿Cómo luchar por el gozo si el gozo mismo es castigado con dolor o pobreza? ¿Cómo transformar el mundo si somos incapaces de transformar nuestras propias estructuras de platino y oro? ¿Cómo reinventarnos si seguimos repitiendo las arengas y formas sin comprender los sentidos?
Estamos tristes. Angustiadas. Terriblemente anciosas y nerviosas.
Que Uribe sea reelecto es el menor de los problemas. Que América Latina "vire a la izquierda" es la menor de las esperanzas. Es necesario no olvidar que aquí los presidentes han sido, por definición, seres infinitamente mediocres, incapaces, asesinos, estúpidos y amarrados a los dedos de sus dueños (que nunca serán presidentes ni pondrán la cara)... Así como recordar siempre que "la derecha es el poder". Y por estos lados nuestros candidatos, patrocinadores y "honorables" tienen las agallas demasaido abiertas y los ojos demasiado puestos en...
La angustia real es la euforia autoritaria. La esperanza mayor es... es...
En fin. La Bocachica Gozoza.
3 comentarios:
La esperanza somos nosotros mismos. El saber que en esta atmósfera oscurantista, surgimos seres anormales que nos sentimos incómodos y ajenos con respecto a Babylon.
Digamos YA BASTA
HAZTA LA VICTORIA ZIEMPRE
¡AY! 2006 cómo me dueles desde tan tempranito... Te has metido por nuestros sueños con pasos de pesadilla... El poder está negociado y el todopoderoso juega sus partiditas de tute sin que nadie se atreva a denunciarle las trampas... ¿Y el público? El público aplaude alborozado, como si el prestidigitador en vez de robarles la billetera les hubiese regalado una casa... 4 años laaaargossss nos esperan a quienes creemos que hay otros caminos y otras vidas. ¿Y la esperanza? Está en ver menos factor X, leer menos El Tiempo, olvidarnos de RCN radio y ponernos a buscar fuentes alternativas de opinión... La Bocachica, ¿Tal vez?
¿Seres anormales? ¿Incómodos y ajenos? ¿En primera persona del Plural? ¿Quiénes? ¿Babylon? El miedo que siempre le hemos tenido a "la esperanza" es que suena tan tan abstracta, irreflexiva y naturalizada... Tan saturada de frases e imágenes manosiadas... ¿Nos sentimos realmente incómodos? ¿Sómos realmente incómodos para ese mundo que decimos no querer? Porque ajenos no somos, eso es un hecho... ¿o sí? ¿Alguien por estos lares realmente lo es?
¿Qué significa que la esperanza somos nostros mismos? ¿La esperanza para quién?
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