Así, con la _ entre paréntesis y chiquitita... metida, escondida, casi invisible entre la e y la r, tan _randes ellas tan relucientes tan or_ullosas de sí mismas, con tanto permiso de ser y de existir en aquella serranía.
La _ en cambio, tocaba verla con la punta de la nariz, delinearla con los dedos sensibles y filudos para poderla reconocer y lue_o el placer que sentía uno al descubrirla al saber que ella estaba allí diciendo _ritando, como puede _ritar una pul_a justo antes de ser destripada que aunque no la oi_amos no si_nifica que no _rite su existencia cambiándole el color al mundo... aunque fuera sólo un poquito más oscura que el fondo blanco-mariado-por-el-sol... sólo un poquito _ris y un poquito más brillante... buen color, blancomariadoporelsol, calidad Pintuco, color de exportación.
Las otras -la a, la ese, la o, la eme, la i, la ene, la e, la susodicha ere y la última o- eran lleniticas de colores como el arcoiris, todas delineadas de tinta dorada como para que de primer mironazo a nadie le quedaran dudas del objetivo de nuestra dizque-asociación, porque el pueblo fama sí tenía y con razón porque aquí todos viven de eso porque allí arribita subiendo por aquella montaña sólo 4 horas queda una de las minas más _randes al aire libre que hay en el mundo... entonces la dudas quedaban libresitas para que fueran a otro lado...
Pero la _ nos daba la razón de vivir, y si la descubrían o esta información la lle_a a conocer mucha _ente, se convertirá en la razón de nuestra muerte... aquí esas cosas no se soportan.... no se perdonan... nadie las quiere, como a una i_uana roja...
Y ni que pendeja que fuera la _ente, por ahí se acercaban, sobretodo los culica_aditos, a mirar de cerquita y una que no, que eso es un resa¬_o de un letrero anterior, que es que el que lo hizo se equivocó y le tocó borrar, que el hijo de al_una lo rayó recién puestecito.... Pero la _ente no es pendeja, le di_o... al menos no toda.... y fueron leyendo y creyendo entender lo que creían entender lo que querían entender... y nosotras cada vez más nerviosas porque hacían pre_untas y nosotras nada, es obvio, no? -la a, la ese, la o, la eme, la i, la ene, la e, la susodicha ere y la última o- además el ne_ocio del pueblo, nuestros difuntos maridos y la tinta dorada... era obvio, ¿no????
Una mañana nos llamaron a la plaza central con paracos y todo, esos malparidos que con tanta jodedera de la _ente ya se habían metido también en el asunto, en el _ran dilema del pueblo... pues esa mañana nos sentaron al frente y nos dijeron que ya sabían de lo que se trataba todo, que si creíamos que eran estúpidos o qué y nosotras que no, que para nada... que qué es lo que pasa, que por qué tanta montadera y tantas dudas... dijeron que ya tenían una sentencia, que ya habían descubierto de lo que se trataba aquello... y yo temblaba y me sudaba la entrepierna y, me perdonarán, pero no podía dejar de sentirme más excitada que un berraco.... frente a esa multitud de hombres rabiosos.
Racistas al revés, nos dijeron después de un lar_o periodo de silencio y suspenso, en ne_ativo aseguró otro paraco y el pueblo callado... Y el alcalde ahí. Ustedes sólo los vinculan a ellos en su asociación... racistas al revés, eso es lo que ocultan, ¿no, condenadas? Una asociación para favorecer el trabajo de ellos y sus mujeres y jodernos al resto y nosotras que no a_uantábamos la risa y el desconcierto por semejante estupidez dijimos que sí, que nos habían descubierto... que nos perdonaran pero que teníamos nuestras razones.... ¿Tanta an_ustia para esto? Bien habíamos hecho el letrero.
Pues efectivamente sí éramos un poco racistas al revés, como dijeron los paisas blancos armados que imponen el orden, los precios y la ley, pero ni asociación ni un carajo. Por más que investi_aron nunca descubrieron las habitaciones bajo el piso ni los túneles que al_unas habían construido, ni los olores tan fuertes que tanto nos asustaban cada vez que venían sus inspecciones, ni las florecientes sonrisas de cada vez más mujeres en este pueblo y en los vecinos... mediocres, ¿cómo no ver eso? Mucho era lo que temíamos cuando pensábamos en la posibilidad de que realmente nos descubrieran, de que a al_uien se le soltara el secretico y nos dejara marcando, pintadas, frente a este combo de asesinos... El casti_o creemos sería _i_ante, no les bastaría la tortura con ácido que tanto les _usta usar ni la violación colectiva de parte de sus tropas ni el despellejamiento ni abrirnos y botarnos al río como suelen hacerlo... no era nuestra ima_inación capaz de ver cuál sería el casti_o por tener una academia en la que se les enseñaba a las mujeres a _ozar de sus amantes, a _ritar sin pudor, a pedir más y en mejores condiciones, a _ozar del incontenible placer de sus múltiples orgasmos y por supuesto a rendirle culto y atención permanente al famoso puntito _.
Queríamos que todas ellas, provenientes de muchos lu_ares con la disculpa de entre_arle los almuerzos y cernir la ropa de sus maridos trabajadores, fueran capaces de _ritar a voz en cuello ¡¡¡Aso Mi Ne_ro, dame más, dame más que ya casi me ven_o!!! pero hacerlo abierto y público aquí es un peli_ro mortal, cualquier cosa puede perdonarse para ellos, en este pueblo, excepto promover la libertad y el placer sexual en las mujeres.... quisimos hacerlo con hombres, también, pero ustedes son muy boquisueltos.
Ya. ctrl+_.
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