lunes, marzo 14, 2011

Juan Carreño "Compro fierro"

Breve selección de poemas
Juan Carreño (Chile)

El brillo del ácido muriático

Preparé el arroz, los bistec
se los serví
comieron
me dieron las gracias
me fui pa la pieza
me metí un libro por siaca
y en la casa délla dije alo
su casa estaba siempre como vacía
con las puertas las ventanas abiertas
y torrejas de piedra que sonaban
andaba con falda
un chaleco de abuelita
hablamos
ella tosía
está resfriá
me fui antes de aburrirla
caminé solo
me senté en una plaza con los columpios robados
y trataba de entender lo que leía
más que nada sentir
había sol
gente
basura
pero la Claudia se hizo la simpática
me saludó
perdí la página
no dijo nada que no fuera bueno o malo
se fue
llegó el Timón
que renunció a la pega
cuatro lucas por nueve horas
y un corro que daba vergüenza
dijo que la torta estaba mal repartía
como yo soy tan pelota
no me puse la chaleca
y el sol ya se iba
y yo me fui
pero no paonde ella
sino que pa la casa mía
y la María me paró
como si se estuviera despidiendo
me dijo que la llamáramos si había carrete
la feria había dejado fruta y cajones rotos en la calle
una vieja y dos perros recogían lo que se pudiera comer
mi tío que es guardia de supermercado
como mirándose hacia adentro
estaba parao en la entrada con las manos en los bolsillos
nadie había lavado la loza
y el Choco dormía raja e curao en el sillón
con el volumen de la tele a too chancho
en un documental donde las hormigas masticaban una jaiva
me iba a poner a lavar
pero me comí el resto del dulce de membrillo
me hice un té sin sabor
y me fui pa la pieza
la cama desordená
la ventana rota
yo la quería llamar
pero el teléfono estaba cortao
unos niñitos jugaban a la pelota afuera
yo escuchaba
y nada
eso no más.-



Atolón treinta y medio de Santa Rosa

Podrían ocupar la comuna
como terreno de ensayos nucleares
yo cacho que si le dan plata
la gente se quea
pa morirse.-


1 comentario:

José Miguel dijo...

Creo que ya lo hacen. Creo que la figura de Juan es poderosa. El atolón, el querer quedarnos por unos centavos más o menos. Porque sí. O porque qué importa. O porque es mejor. O porque es aquí o allá, hoy o mañana. Si a veces parece que uno nació pa ser atolón. No sé. Me parece lindo este último poema. Aunque a veces pagamos para no morir o, como el amor de Sabina, para morir matando.