Vivimos la insoportable desilusión de ser colombianos. Y la soportamos, es lo que más nos enorgullece: orgullo de aguardiente tibio y cuchillo bajo los sueños.
Nos mentimos todo el tiempo para seguir en pie. Así ni en pie estemos. Nos mentimos, entonces, descaradamente, para que la mentira de que seguimos en pie y llenos de esperanza parezca verdad. Una última y vaporosa verdad. Parezca ilusión, no fracaso. Mentira. Caminamos jorobados y cansados.
Pero no somos mantaraya, somos bocachica, asesinada sistemáticamente, desplazada hacia ningún lugar para sembrar vacas que, a su turno, van a ser maltratadas y mal paridas, o palmas como antes bananas de masacres que nunca existieron y que nadie cometió ni recordará porque sino sería imposible mantenerse en pie.
Vivimos con este ardor insomne de ver siempre a nuestros deportistas perder. Perder más que competencias. Perder. La vida, el apoyo, la cordura, los hijos, el salario miserable. Y las competencias y la dignidad (montoya, ícono).
Vivimos con la saliva más amarga porque se le filtran los dolores del corazón, apuñaliado y vendido en esta puta tierra que no nos sale de los huesos, que nos empaña la mirada y nos tapona este mismito corazón que no deja de doler. Aunque la que más duela sea la espalda.
Y nos negamos a ver la vergüenza que está tatuada en nuestras frentes. Una vergüenza que no nació ayer, que heredamos y con seguridad ofreceremos a nuestros hijos como quien ofrece los mejor que tiene: la vergüenza y las patéticas mentiras. ¿Qué más podríamos ofrecer colombianos?
Creatividad. Sin duda alguna. La creatividad no es excluyente con la miseria. De hecho, son perfectamente compatibles, necesarias. Creatividad para sobrevivir a cada amanecer sin derecho a quejarse ni refunfuñar. Creatividad para saltar la cerca, para no reírse del ridículo autoritarismo provinciano, beber lágrimas sin pasteurizar. Para darse cuenta que somos el despojo de dios y seguir mimando las paticas sucias del bebé, como si nada, como si nadie estuviera quemando tu casa.
Día a día se muere cualquier futuro. El futuro necesita airecito vagabundo y enamorado.
Y no me lean mal. No son los colombianos, como les gusta decir a los columnistas de opinión. Porque no es opinión. Porque no son los individuos los patéticos. Porque contrario a lo que los felices banales distribuyen en sus panfletos y oraciones, el mundo no está en tus manos, tu felicidad no depende sólo de ti, no puedes hacer todo lo que te propones, ni puedes cambiar el mundo con tan sólo desearlo. Y hay milagros, pero son pocos, y yo no los he visto.
Es Colombia la estúpida, la asesina terminal, la del hígado reventado a patadas. Y sin hígado nadie sonríe. Es Colombia, como sistema. Como parte ejemplar de un mundo que fracasó y que en función del tamaño del fracaso sólo puede negarlo compulsivamente. Colombia como las imágenes que percibimos antes siquiera de abrir los ojos por primeras vez y que los que más poder tienen se niegan a cambiar.
Y es que toda esta mierda no es destino intangible, no es voluntad divina ni mala suerte (mala suerte fue llevar esta alma tricolor, pero ya ni modo) ni mucho menos herencia genética. No, no idioticemos la historia ni la realidad. Esta Colombia insoportable es el conjunto de decisiones tomadas y firmadas por humanos reales, de carne y hueso, con fecha y lugar exacto, con intereses concretos, que tuvieron más de una opción. Es la actuación coordinada de instituciones sacras a las que nos seguimos plegando. Es eso, mezclado, claro, con las decisiones de otros y de otros y de otras y de otras y de otros. Todas aprensibles, materiales, nominables.
¿Qué tal enunciarlas pa’ comenzar?
Vivimos la insoportable desilusión de ser colombianos. No la fe, como lo quiso Borges.
9 comentarios:
... y guardamos silencio, porque nos da pereza oler la mierda en las manos... porque nuestros oídos están bien acostumbraditos a no escuchar... Y no escribimos, ni gritamos, ni muchos menos discutimos (válgame dios, discutir es para los infelices)... apenas emitimos unos patéticos gemiditos cuando eyaculamos o fingimos los fingidos orgamos...
y hay que soportar comentarios de publicidad!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Nós gatos já nascemos pobres, porém já nascemos livres...
Yo creo que por eso es que a las Bocachicas les gusta salir bailando y relamiendole el paladar a los gatos callejeros.
Amada Bocachica! Y que doloroso es mirar en la historia el rostro de mis colegas, otros gerentes (menos locuaces y más voraces) que han saltado entre lo privado y lo público, salvando los billeticos de sus patronos con subsidios y salvaguardias que solo los han beneficiado a ellos. Habría que preguntarse quiénes se enriquecieron en décadas de proteccionismo. Quiénes siguen teniendo un paraiso fiscal mientras los pobres pagan IVA del 16% por un plato de sopa. Quiénes nos quisieron condenar a la pobreza mientras se repartían el país como señores feudales... Quiénes han tenido que venderle al capital extranjero sus ineficientes empresas, programadas para evadir impuestos, por incapacidad de competir en este mundo. ¿De qué sirve acumular tanto oro, si nuestro vecino se muere de hambre?
En Cambio... Quienes ha podido, pueden y podrán, se van del país a buscar un mejor destino...
Al volver, les sabe mejor que nunca la bandera, argumentando que cambiarán este país de injusticias...
si por alla llueve por aca no escampa...
y los mismos indigentes ignorados en las mismas calles.
Que tristeza....y pensar que en el pais, en la nacion, y con la ayuda de ese mismo estado algunos.... luchamos por mantener el gentilicio de Colombianos... no obstante pudiendo abogar por otras opciones... Como es posible sentirse AVERGONZADO por algo que muchos queremos...SER COLOMBIANOS ORGULLOSOS.... lo que nos queda es trabajar y formar un pais, una nacion mejor....yo creo como muchos otros Colombianos Orgullosos de este NUESTRO pais ES POSIBLE. si lo hacemos todos juntos y en armonia CONFORMAREMOS UN ESTADO IDEAL. porque ningun estado es perfecto ¿o si?.
Que tu Dios te oiga, Álvaro.
Comerse la mierda de las manos es de todos los días. Hay quienes protestan, hay quienes alegan, hay quienes ya están hechados a la pena y piensan uqe no queda más que imaginar que la mieda está sabrosa. Hay que vivir.. En Colombia, mientras tanto se parrandea, se folla y se roba...
Siendo asi jose miguel, si mi Dios(de haber alguno) no me escucha, mejor afirmemos:
¡GUAJIRA PERLA BOLIVARIANA¡....
¡SAN ANDRES ES NICARAGUA¡....
lo que quede: ¡COLOMBIA, US¡....
RESPECTO A NUESTRA IDENTIDAD, O LA QUE SOBREVIVA...¿SERA QUE MI DIOS NOS AYUDA?.
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