Apreciad@ apátic@ hacia la política:
¿Te has preguntado porqué los políticos hacen lo que se les da la gana y se salen, casi siempre, con la suya? ¿Cómo hacen para robar grandes cantidades del dinero de nuestros impuestos y nuestra deuda, para después acomodarse en una embajada de primer mundo o un cálido consulado tropical? ¿Quién debería hacer algo? ¿Quién podrá salvarnos de nuestros gobernantes? ¿Y ahora, quién podrá defendernos?
¡Tu (...y los casi 17 millones de votantes que prefieren dejar las decisiones en manos de otros)! La única forma no violenta o de fuerza mayor de renovar a nuestros dirigentes es la votación masiva... o la abstención activa cuando el caso lo amerite. Diecisiete (17) millones de electores votando a conciencia pueden cambiar los resultados... es más, unos 4 millones podrían ser suficientes para hacer una diferencia sustancial. Tomemos como ejemplo las elecciones de 2006.
En las elecciones al senado en el 2006, el candidato al senado con la mayor votación fue Germán Vargas Lleras con menos de 214.000 votos. El partido con mayor votación fue el partido de la U con 1.517.000 votos aproximadamente. Debido a la ley de bancadas, este partido obtuvo un total de 20 curules. El senador electo con menor votación fue Jesús Amorocho del Polo Democrático con menos de 24.000 votos[1], o algo así como el 1 por mil del censo electoral. Un total de 9´200.076 votos válidos fueron contabilizados para el Congreso. Ahora, con 1 millón más de votantes informados, muchos parapolíticos y muchos compradores de votos no hubieran entrado al senado. Tal vez, tendríamos un senado muy diferente; con mayores probabilidades de tomar decisiones con base en un modelo diferente de país. Tal vez un senado con capacidad crítica y de opinión, o por lo menos con alguna posibilidad real de oposición.
Y es que este es tal vez el punto más importante de un sistema democrático. Podemos elegir los miembros principales en dos de los tres poderes públicos (Ejecutivo y Legislativo.) Dichos poderes son los encargados de crear y hacer cumplir las leyes. En un sistema como el colombiano, donde la figura presidencial tiene tanta preponderancia, el poder legislativo es una buena talanquera frente a posibles abusos ejecutivos. Un senado y una cámara con actitudes críticas y de opinión pueden ser la mejor veeduría que los ciudadanos podemos tener.
Al elegir de forma conciente un poder legislativo mayoritariamente opuesto al ejecutivo, podemos establecer un sistema de “gobierno – oposición.” Dicho sistema crea una auditoria con intereses propios que denuncia la corrupción en el gobierno central. Esto ocurre porque la oposición cree que tiene una opción real de llegar al poder, disminuyendo la probabilidad de que negocie por dádivas. Asimismo, entiende que la corrupción en el gobierno actual le impediría acceder a recursos para en su probable gobierno futuro. ¿Un sistema imperfecto? ¡Claro! Pero un sistema que ha funcionado bastante bien en otros lados
¿Te has preguntado cuántas horas a la semana dedicas a ver televisión? ¿A rumbear? ¿A hablar basura por teléfono? Si pudieras recortarle un par de horas a estas actividades, te invito a que estudies las propuestas de los candidatos a la presidencia, senado y cámara. Escoge los que te interesan, sal a votar y recuerda que no es el que más prometa el mejor, es el que pueda cumplir sus promesas. Tal vez no cambies el país, pero si puedes cambiar la proporción de votos corruptos que terminan eligiendo nuestros gobernantes.[2]
[1] Supongamos que, en promedio, se requieran $20.000= para comprar un voto para senado. El honorable senador tuvo que hacer una inversión de $480.000.000= para obtener su curul. El salario anual de un senador supera los $200.0000.000=, es decir que en los 4 años podría obtener $800.000.000=, sin contar dineros de grupos de interés o actos de corrupción.
[2] Hay páginas como http://www.elecciones.com.co/ o www.eltiempo.com/elecciones2010/index.html que permiten hacer un seguimiento a los candidatos y propuestas de una forma rápida.
2 comentarios:
Muchas gracias por tu riguroso estudio y sobre todo por tu gran voluntad.
Ahora nos preocupamos por la poca capacidad crítica, ante los temas sociales de nuestro país, o bueno de la política misma. Ahora como hacemos una generación a la que se nos ha transgredido la voluntad. Me refiero a las cosas básicas que ya sabemos, o bueno también podemos parar un segundo y pensar en lo que tenían que hacer nuestras madres pa darnos de comer, vestirnos y educarnos. Cómo hacemos pa entender que lo personal también es político.
Lulo
La intención no era hacer crítica... Eso se lo dejo a quienes sepan de política. Yo se de economía y administración, por lo que decidí inclinarme por un breve resumen de lo que puede ser la fuerza de los números.
Para escribir textos llenos de crítica al sistema tenemos a don Federico León. (A quien, por cierto, no le entendí ni papa.)
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