"No queremos máquinas de coser, queremos derechos laborales". Prostitutas de la India.
"Pues la plata será suya, pero la chimba es mía, malparido". La Sarca, prostituta de la "zona" de Puerto Berrío, Ant.
Hoy es un día muy muy especial para la Bocachica Gozoza. El 2 de junio se celebra el Día Internacional de las Prostitutas. De la prostitución, como práctica, como derecho. Y de la putería, como extensión filosófica.
Hoy putas del mundo entero se reunen para celebrar su oficio, su cuerpo, y para reivindicar el respeto y la garantía de sus derechos. Desde final de la década de los 70 vienen conformándose en el mundo organizaciones de prostitutas que luchan por el fin de la violencia, la discriminación y el estigma contra ellas. En Brasil, por ejemplo, durante los años 70 y 80, hasta más o menos el año 95, las prostitutas de calle sufrieron ataques violentos de la policía: despariciones, torturas, extorciones, asesinatos. Hubo un proceso fuerte de limpieza social. Así mismo en muchos otros países del mundo, en los que hasta hoy una persona que se dedique a la prostitución no es tratada como un sujeto de derechos.
Tristemente parte de esta ola de discriminación generalizada ha sido alimentada no sólo por las derechas clásicas y conservadoras, por los movimientos sanitaristas y de salud pública, sino también por gran parte de las izquierdas revolucionarias y de los feminismos. Se entiende, según algunos, que la prostitución es uno de los desechos de la sociedad capitalista, y el peor resultado de una sociedad patriarcal. Se entiende a la prostitución como necesaria falta: de amor, de posibilidades, de justicia, de equidad, de trabajo, de salud, de familia....... Se entiende a la prostitución como explotación ontológica, por clase y por género, sin importar las maneras, sentidos y lógicas como se viva y ejerza.
Entonces se "salva", "rescata" y "protege" a esas pobres mujeres que cayeron en esa vida víctimas del mundo malo. Y eso no habla sólo sobre aquellas personas (hombres o mujeres) que realmente son traficadas por el mundo con fines sexuales o de cualquier tipo. No, esa postura pretende hablar de todas las prostitutas porque la prostitución sería, en sí misma, explotación. Los más amables respetan y protegen los derechos de las prostitutas en cuanto peronas, pero no en cuanto prostitutas: se invierten millones en convencerlas de que lo más "digno" es salirse de "esa" vida.
Afortunadamente, hoy en día las prostitutas hablan por ellas solas. Han accedido a pulso a espacios de decisión política y de construcción de agendas comunicativas que les permiten colocar en jaque toda esta visión sin duda etnocéntrica. Toda esta visión que reconoce como légitima, merecedora de derechos, sólo unas pocas formas de ser mujer, de ser sexual, de ser trabajadora, de ocupar la ciudad, de ser ciudadana, de hacer con el cuerpo. Toda esta visión más restricta de los derechos laborales y sexuales que es incapaz de desprenderse de visiones moralistas y burguesas. Hoy en día contamos con estudios suficientes y cambios de perspectivas teóricas que nos permiten entender a la prostitución desde toda su singularidad y positividad. Voces que nos permiten oir a aquellas mujeres que por todas las maneras nos dicen, nos muestran, que la prostitución puede ser un trabajo legítimo, que puede ser un placer, una forma de vida, una opción.
Pero para eso habrá que deshacerse de las visiones hegemónicas del mundo, de la perspectiva unívoca que cree saberlo todo y verlo todo (al contrario de los pobres alienados, diría, que sólo ven la ilusión). Deshacernos de la "Dominación Masculina" y de la Etnocentrismo de Clase como matrices explicativas estructurales de las relaciones de género y de la diversidad de experiencias sociales. Estas matrices, con mucha frecuencia, toman el mito del amor romántico, heteronormativo, "desinteresado", monogámico, reproductivo (a cierta edad y no muy), y mono-habitacional, con propiedad privada, como deber-ser, como deseo naturalizado, como bienestar absoluto extendible a todos los seres humanos, y no apenas como una opinión cultural anclada en la clase media de los últimos dos o tres siglos. Un derecho, no un deber. Las prostitutas de calle, por ejemplo, o las que circulan de madrugada por el Rio Magdalena acompañando a los pescadores, nos recuerdan, si las queremos ver y oir y no juzgarlas o compadecerlas, que su opción de mundo, su deseo, sus placeres, son otros.
Todos elegimos com libertad restringida y relativa a un abanico de posibilidades que nuestra experiencia de género, de clase, de cultura, nos permite. ¿Por qué para algunos cuesta tanto creer que así mismo lo hagan las personas que se dedican a prestar servicios sexuales?
¿Habrá explotación? Claro, como en todos los campos de trabajo del mundo capitalista. Que se combata pues la explotación con leyes que garanticen los derechos de los y las trabajadoras. Y, por lo que hemos visto, hay en la prostitución (autónoma y protegida por el estado), mucha menos explotación laboral que en otros campos... ¿Habrá trata y tráfico? Sin duda, pero eso no es prostitución: es trata y tráfico, como las prostitutas organizadas no lo han enseñado. Que se combata entonces a los traficantes y a las redes de trata; pero que se deje en paz y se proteja a los hombres y mujeres que quieren migrar para trabajar en el negocio del sexo... y a quienes de buena fe los ayudan. ¿Alguien combate la trata de menores futbolistas? ¿Habrá violencia sexual y de género? Sin duda: que capturen a quienes violentan a las prostitutas, como la policia, el estado, algunos chulos y clientes... pero que no nos digan que prostitución es igual a violencia, y que los revolucionarios y las feministas se permitan (como muchos y muchas lo han hecho en las últimas décadas) reformular sus fórmulas incluyendo el pensamiento de las personas que hacemos parte del "mercado del sexo".
Colombia es uno de los pocos países de América Latina que no tiene representación en la Red de Trabajadoras del Sexo de América Latina y el Caribe. En Colombia, hasta donde sabemos, existen dos frágiles organizaciones de prostitutas. De prostitutas, y no para prostitutas. En Colombia la legislación permite legalmente la prostitución de sí mismo. Sin embargo, en los Códigos de Policía, se prevé la definición de Zonas de Tolerancia. Es decir, se anula la posibilidad de comprender la prostitución como un trabajo legítimo, y, como relación y forma de vida, se confina y condena a un gueto marginalizado, gobernado no por las leyes regulares, ni por el alcalde, sino por la policía y las autoridades sanitarias. O sea, un gueto de mala muerte. En la práctica, las zonas de tolerancia se convierten en un espacio donde la buena sociedad desecha todo lo que necesita pero no quiere ver, todo lo que hace parte de sí, pero le da vergüenza, y así condena a la prostitución (que en otras condiciones vemos que es un espacio seguro y digno de construcción de relaciones y proyectos de vida) a ser miseria, abandono, peligro....
En muchos municipios de Colombia, las zonas de tolerancia son controladas, gerenciadas, comandadas, por personas vinculadas a grupos guerrilleros y paramilitares. Inclusive en Bogotá, cuya supuesta experiencia de civilidad y modernidad es difundida por el mundo todo, las "zonas" tienen control paramilitar y han tenido que padecer, como nos cuentan algunas trabajadoras, acciones de limpieza social y de compra de votos de alcaldes y consejales. Muchas son las torturas, asesinatos y desapariciones que los ejercitos de este país, legales o no, han ejercido sobre miles de mujeres... "por putas".
En esas mujeres que son, fueron, serán o quisieran ser putas, se inspira esta Bocachica Gozoza. Y ser puta no excluye nada, no niega la libertad ni la multiplicidad de experiencias amorosas, comerciales, familiares, afectivas, de género (muy por el contrario!!!), como las prostitutas nos lo han enseñado. Con todos sus dolores y miedos, pero también por los intensos placeres y la negociación explícita e igualitaria da las carnes y los capitales, esta Bocachica Gozoza brinda por las prostitutas colombianas y del mundo afuera.
3 comentarios:
Importante entender la importancia de la libertad, de la autoexpresión y de la independencia como valores fundamentales en una sociedad realmente igualitaria.
Hola me interesa establecer contacto con usted mi correo es lizagar@gmail.com, el objetivo es saber si conoce organizaciones de base de trabajadoras sexuales u ONG que quieran participar en la inscripción en un banco de oferentes para un programa que se desarrollará próximamente. Si le interesa o conoce de alguien le agradecería que se pusiera en contacto conmigo.
Estoy completamente de acuerdo contigo, no es admisible que este colectivo sufra la discriminación y persecución que viene padeciendo a manos de aquellos/as redentores que pretenden saber mejor que ellos/as lo que necesitan (conservadores, feministas y autoridades públicas). En primer lugar hace falta escucharles, y en segundo entender que no todas las personas compartimos ni los mismos valores, ni vivimos igualmente nuestra sexualidad, ni tampoco hemos tenido las mismas opciones para acceder a unas ocupaciones u otras.
El común denominador que hemos de tener todas las personas es el RESPETO para poder convivir. A quienes ejercen la prostitución no les gusta molestar pero tampoco "que les jodan" como decimos aquí en España.
Así que antes de condenarles, traten de ponerse en su lugar. Muchas personas se creen mejores que ellas/os, "más dignas" porque no tienen que andar tocando pollas.
Pero otras penalidades y abusos hemos de aguantar, lo que pretendo que le entre en la cabeza a la gente es que el carácter sexual de la prostitución no hace esta actividad ni más deleznable que otras ni tiene que seguir sirviendo para mantener a los/as trabajadores sexuales en un status de alegalidad que lo que precisamente permite, como muy acertadamente señalas en la entrada, es que se cometan graves abusos contra ellos/as.
Gracias por el post, me ha gustado mucho. Si te interesa el tema de la prostitución, seguro que te encantará mi blog. Te invito a visitarlo (pincha en mi nombre).
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